Alquilar mi piso por habitaciones

Cada vez más españoles deciden alquilar parte de sus viviendas para obtener un dinero extra. Una iniciativa legal que debe estar regulada mediante un contrato y puede disparar tus ingresos bien gestionada.

Habitaciones y zonas comunes

El alquiler de habitaciones en viviendas compartidas no está regulado específicamente por la Ley de Arrendamientos Urbanos, sino que se rige por un acuerdo entre las partes basado en el Código Civil. Cuando el propietario reside en la vivienda, es común establecer un contrato que detalle las condiciones acordadas, como la duración del alquiler, el precio y las posibles renovaciones. Además, se establece el derecho del inquilino a utilizar las áreas comunes de la vivienda, como la cocina y el baño, a menos que se especifique lo contrario en el contrato.

Los otros aspectos que deben ser abordados en el contrato son los siguientes:

  1. Duración del arrendamiento.
  2. Precio y método de pago.
  3. Servicios incluidos, como el acceso al teléfono fijo, internet, y cómo se distribuirán los gastos de luz, agua, y en su caso, teléfono, o si estos están incorporados en el precio de la habitación.
  4. Descripción de la habitación que se alquila.

Al fijar el precio de una habitación en alquiler, el arrendador tiene libertad para establecerlo, aunque se recomienda considerar los datos del mercado. Además, debe declarar ante Hacienda los ingresos obtenidos por dicho alquiler, considerándolos como un rendimiento de capital inmobiliario. Para poder beneficiarse de ventajas fiscales en la declaración de la renta, el contrato debe especificar que la vivienda es la residencia habitual del inquilino. Si este requisito se cumple, el propietario puede disfrutar de una reducción del 60% de la diferencia entre los ingresos y los gastos (como comunidad, impuesto sobre bienes inmuebles, basuras, intereses de préstamos, etc.), considerando solo la parte proporcional imputable a la parte arrendada. Por ejemplo, si los ingresos son 10.000 euros y los gastos son 1.000 euros, el ingreso neto sería 9.000 euros, sobre el cual se tributaría un 40% (3.600 euros).

Si el contrato especifica un período temporal, como el curso escolar para estudiantes, el arrendador no tiene derecho a estos beneficios fiscales. Estas condiciones también se aplican si el propietario alquila habitaciones a dos o más personas.

Si se alquila toda la vivienda a varios inquilinos, se puede establecer un contrato común regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), con una duración mínima de un año y posibles renovaciones sucesivas hasta cinco años, tras las cuales se debe redactar un nuevo contrato. En este tipo de contrato, todos los inquilinos tienen responsabilidad solidaria en caso de incumplimiento de pago o daños. El arrendador también puede beneficiarse de ventajas fiscales en la declaración de la renta, como en el caso de alquilar solo una habitación.

También es posible pactar contratos individuales con cada habitante de la vivienda en la que no resides, regulados por el Código Civil. Estos contratos no tienen límite temporal y su vigencia se determina según lo acordado. Para que el arrendador pueda beneficiarse fiscalmente, el inquilino debe consentir que el contrato establezca que la vivienda es su residencia habitual, independientemente de la duración del contrato.

¿Quién alquila habitaciones?

Hasta hace poco, eran principalmente los estudiantes quienes solían alquilar habitaciones compartidas. Sin embargo, esta tendencia ha experimentado un cambio notable. Según un informe de Fotocasa, las dificultades para afrontar el pago del alquiler de una vivienda son ahora la principal motivación para compartir espacio. «Alrededor del 80% de nuestra audiencia tiene entre 25 y 35 años y no son estudiantes, sino jóvenes profesionales», señala Giralt. Además, segmentos de edad que antes no eran comunes en esta práctica, como personas de entre 55 y 75 años, representan aproximadamente el 9% de los españoles que comparten o buscan compartir vivienda, según el informe.

En cuanto a las plataformas para encontrar habitaciones compartidas, las aplicaciones gratuitas (disponibles en las tiendas de aplicaciones) y los sitios web especializados como Badi, Pisocompartido y Habitoom son las más populares. También se utilizan portales inmobiliarios como Fotocasa e Idealista. Estas herramientas tienen como objetivo conectar a personas que buscan compartir vivienda con aquellas que la ofrecen, permitiendo a ambas partes crear perfiles para encontrar el «compañero» que mejor se adapte a sus preferencias. Algunas de estas plataformas incluso ofrecen asesoramiento jurídico sobre contratos de alquiler.

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